El viernes pasado
31.1.08
La primera vez que me enfrenté con el espacio que rodea la Basílica del Pilar, tuve la sensación de encontrarme con un fragmento de Venecia, que descolgado del cielo, había caído medio desordenado ante mis ojos.
También sentí un dolor en el pecho, de esos inexplicables, que no se sabe bien si auguran grandes momentos o estrepitosas catástrofes.
No deja de estar presente, todavía, cuando cruzo la Plaza del Pilar, ese pinchazo, como un gusanillo, que me hace observar al milímetro todo lo que me rodea, como si fuera la primera vez, o la última.
Un por si acaso, acompañado de un suspiro discreto. Unas ganas imposibles de ser el aire, el suelo, el agua, la gente... de estar en todo y permitir que todo me llene.
Una certeza en mis pasos de haber encontrado en esta ciudad, los latidos que marcan el ritmo de mis sueños.
Teresa 12:17 a. m.,
5 Comments:
- At 10:54 a. m., said...
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La verdad es que las obras de la plaza fueron muy criticadas en su momento y no parecían gustarle a nadie. Sin embargo con el paso del tiempo creo que no están tan mal.
La plaza antes de esas obras era una pocilga de asfalto con socavones y erupciones, adoquines y bordillos negros de brillo aceitoso.
¡Ay! Que viejo soy... - At 11:11 a. m., el_Vania said...
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Zaragoza quiere despertar... para darse cuenta que es grande y cosmopolita.
Yo ya no me voy de aquí ni con agua caliente...
Salud/OS! - At 2:40 p. m., said...
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me encanta tu blog...
Que foto tan bonita :-)
hacia tiempo que no te visitaba (Yo tb frecuento el club de la desaparicion gflogera) Y que adelicia cuando te he visitado.
Un bisou de Bruxelles ;-)
rosa fucsia - At 10:49 a. m., said...
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Preciosa foto! Idem para el texto!
- At 9:12 p. m., Teresa said...
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queru viejunooooooooooo
vania, yo tampoco ;)
gracias rosa fucsia, me alegra que te guste...
sapiens, mercy!!!
besos para todos!!!!